domingo, 25 de marzo de 2007

Un poema, dos versiones

Ningún poema es uno sólo.
Hay dos personas cuando me paro frente al espejo: la que me mira y la que miro.
Hay dos versiones mirándose a los ojos.
Dos mundos encontrados.

Piedra negra sobre una piedra blanca

Me moriré en París con aguacero,
un día del cual tengo ya el recuerdo.
Me moriré en París -y no me corro-
tal vez un jueves, como es hoy, de otoño.

Jueves será, porque hoy, jueves, que proso
estos versos, los húmeros me he puesto
a la mala y, jamás como hoy, me he vuelto,
con todo mi camino, a verme solo.

César Vallejo ha muerto, le pegaban
todos sin que él les haga nada;
le daban duro con un palo y duro

también con una soga; son testigoslos
días jueves y los huesos húmeros,
la soledad, la lluvia, los caminos...

—César Vallejo

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