sábado, 30 de agosto de 2008

A Aline, por alentarme cuando
la agonía parecía no cesar.
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“La vida es un asunto de pequeños y grandes abandonos. De pérdidas recuperables o no. En su brevedad fue calculada para que las personas se amaran y se abandonaran. Un ciclo perfecto de dolor: tal es la única y verdadera razón de la vida”.
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—Miyó Vestrini.

jueves, 21 de agosto de 2008

Cardiología

Me da taquicardia cuando termino de hacer ejercicio

cuando subo las escaleras a modo de persecución policial

cuando faltan pocos minutos para entregar un texto en la redacción

cuando me drogo

cuando tomo demasiado café

cuando agarro una curva demasiado rápido

cuando voy a hablar en público

miércoles, 20 de agosto de 2008

martes, 19 de agosto de 2008

Anecdotario inservible II

Tengo un admirador secreto en mi oficina. Él no sabe que es mi admirador secreto. Y yo, para seguirle el juego, nunca le he visto la cara, ni el cuerpo, ni la ropa, ni los zapatos.
Todas las mañanas, cuando prendo mi obsoleto computador, él pone a sonar Charles Aznavour o el soundtrack de Amelie.
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Entonces sonrío y camino hasta la esquina de la redacción —esa que da hacia la ventana que a su vez da a la calle— y me sirvo un guayoyo sin azúcar. Mientra le soplo el humito, me desplazo lentamente entre los cubículos como si fuera la periodista más linda del periódico. Porque a mí, sólo a mí, me dedican muchas de mis canciones favoritas todas las mañanas.
Me siento en mi puesto y empiezo a escribir.
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Demasiado contenta.

lunes, 18 de agosto de 2008

Emmenez moi



Quiero que las tres vayamos juntas a un concierto de Charles Aznavour...

domingo, 10 de agosto de 2008

Anecdotario inservible I

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Qué susto encontrarse con un gusano en una lechuga cuando no hay nadie en casa un sábado al mediodía. Produce pánico. El tiempo se detiene y todo se reduce a la presencia de ese cuerpo viscoso en tu futuro almuerzo. Da más miedo que una cucaracha voladora en la habitación. Lo juro. Creo saber por qué: porque estoy sola. Si grito algo así como "¡Asco!" nadie va a escucharme. Tampoco tiene sentido llamar a alguna de mis amigas, sería bien ridículo. Entonces, ¿qué hago con este maldito gusano baboso? Sólo tengo que agarrar una servilleta, envolver con ella su asqueroso cuerpo, separarlo de mi hoja de lechuga y botarlo a la basura. Lo sé. Pero me da miedo. Coño, quisiera que estuvieras aquí.

sábado, 2 de agosto de 2008

¿Cuál es el precio de un diamante?

Buscando fotos de Djimon Hounsou me encontré con esta imagen de Amnistía Internacional. Considero que es una pregunta que nos deberíamos hacer todos: ¿cuál es el precio de un diamante?
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Y, sobre todo, creo que ese argumento es suficiente para que la película Blood diamond sea una excelente película. En mi caso, se ha convertido en una de mis favoritias. Gracias a ella he aprendido mucho sobre Sierra Leona y he visto fotografías de cosas que no debieron haber pasado nunca y que no podemos permitir que sigan pasando.
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A la mayoría de las personas les sabe a mierda si en algún lugar remoto de África hay una guerra cruenta por controlar el mercado de los diamantes, o si el anillo que luce orgullosamente en su dedo costó el brazo-las manos-los dedos-la vida de miles de personas que viven en extrema pobreza en Sierra Leona.
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Pero bueno, hay que hacer el intento. No sé de qué año es esta imagen, pero creo que tampoco importa. La guerra civil en Sierra Leona comenzó en 1990 y, según lo que leí en la página web de Amnistía Internacional, finalizó en 2002.
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Sin embargo, yo no sería capaz de comprar un diamante. Bueno, tampoco tengo el dinero, pero si lo tuviera, no lo haría. Creo que nadie que lea un poco sobre lo que sucedió en Sierra Leona es capaz de comprar un diamante. Yo los invito a eso: a que lean y decidan.
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La guerra se acabo, sí. Supuestamente. Creo que deben pasar muchos años antes de que pueda decirse eso con propiedad. Y aunque haya terminado: ¿dónde quedan los muertos?, ¿las peronas y niños sin brazos, sin manos y sin pies?
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Les dejo este link a un reportaje y unas fotos maravillosas de la revista ZRepotage. Vale la pena que lo revisen.

Me encanta: Djimon Hounsou


Tiene el cuerpo más perfecto y hermoso del mundo. Y un color de piel que hipnotiza. Me encanta.