h.
—Al Pequeño Pony, por todas sus palabras. También por su amor al Gabo.
f.Los que me conocen bien (tanto que no me juzgan), saben que el robo es uno de mis vicios. Nunca he robado nada importante, simplemente caramelos, barras de granola, postales y cosas por el estilo. Lo confieso y no me arrepiento. Pues, por lo general, aquellos a quienes he robado también han hecho lo propio conmigo. Así que estamos a mano.
f.
El viernes pasado cometí mi último acto delictivo. El culpable número uno fue el azar. Me encontraba en la Librería del Sur del Teresa Carreño, donde solía quedar antes Monteávila. Fui allí en busca de Borges y, luego de una hora de recorrido, decidí llevarme también Fantomas de Cortázar y Confieso que he vivido de Neruda. Cuando fui a pagar, los supuestos precios populares eran muy altos y, con mucho pesar, le dije al señor de la caja que eliminara de la suma a Neruda. Él hizo y yo pagué bastante menos. Me entregó mi bolsa y, justo antes de que abandonara el lugar, ocurrió el milagro: el hombre, sabrá Dios por qué, metió a Neruda en la bolsa.
f.
Evitando un arrebato de falsa ciudadanía y conteniendo mi emoción, abandoné la librería tan pronto como pude. Fue un robo exitoso. Sin nada de culpa, con exceso de júbilo. Es mi primer libro robado. Y me siento completamente orgullosa de ello. Por eso, quiero celebrar mi corrupto acto con mi texto preferido del libro. Corrijo: del libro robado. Que lo disfruten.
g.
La palabra
d.
...Todo lo que usted quiera, sí señor, pero son las palabras las que cantan, las que suben y bajan... Me prosterno ante ellas... Las amo, las adhiero, las persigo, las muerdo, las derrito... Amo tanto las palabras... Las inesperadas... Las que glotonamente se esperan, se acechan, hasta que pronto caen... Vocablos amados... Brillan como piedras de colores, saltan como platinados peces, son espuma, hilo, metal, rocío... Persigo algunas palabras... Son tan hermosas que las quiero poner todas en mi poema... Las agarro al vuelo, cuando van zumbando, y las atrapo, las limpio, las pelo, me preparo frente al plato, las siento cristalinas, vibrantes, ebúrneas, vegetales, aceitosas, como frtuas, como algas, como ágatas, como aceitunas... Y entonces las revuelvo, las agito, me las bebo, me las zampo, las trituro, las emperejilo, las liberto... Las dejo como estalactitas en mi poema, como pedacitos de madera bruñida, como carbón, como restos de naufragio, regalos de la ola... Todo está en la palabra... Una idea entera se cambia porque una palabra de trasladó de sitio, o porque otra se sentó como una reinita adentro de una frase que no la esperaba y que le obedeció... Tienen sombra, transparencia, peso, plumas, pelos, tienen de todo lo que se les fue agregando de tanto rodar por el río, de tanto transmigrar de patria, de tanto ser raíces... Son antiquísimas... Viven en el féretro escondido y en la flor apenas comenzada... Qué buen idioma el mío, qué buena lengua heredamos de los conquistadores torvos... Éstos andaban a zancadas por las tremendas cordilleras, por las Américas encrespadas, buscando patatas, butifarras, frijolitos, tabaco negro, oro, maíz, huevos fritos, con aquel apetito voraz que nunca más se ha visto en el mundo... Todo se lo tragaban, con religiones, pirámides, tribus, idolatrías iguales a las que ellos traían en sus grandes bolsas... Por donde pasaban quedaba arrasada la tierra... Pero a los bárbaros se les caían de las botas, de las barbas, de los yelmos, de las herraduras, como piedrecitas, las palabras luminosas que se quedaron aquí resplandecientes... el idioma.
Salimos perdiendo... Salimos ganando... Se llevaron el oro y nos dejaron el oro... Se llevaron todo y nos dejaron todo... Nos dejaron las palabras.
—Pablo Neruda.
4 comentarios:
Ok, qué lindo. De verdad es hemroso que tengas un libro robado. A veces uno no puede tener la ciudadanía es pleno apogeo. Pero deja la guachafita sí????? te amo
Ilovaca, es hora de que me devuelvas los libros que te presté. Uno de los cuales, supongo, "compraste", o sea, que ya lo tienes, por tanto, no lo necesitas.
De ahora en adelante te tendremos fichada. Objeto que desaparezca, objeto que se presume —hablando periodísticamente— estará en el cuero de leopardo que ostentas por cartera.
Ilovaca, vos sos grande... Es maravilloso asumir esos pequeños actos delictivos... Y asumir que nos gusta, que nos divierte robar pequeñas cosas... más aún si son libros, nuestra materia prima. Muakata. Besos a Neón de parte de Kitty, la puta
Maricona, creo que eres la persona más divertida que conozco. No te miento si te digo que ahora no se me ocurre NADIE más único que tu.
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