sábado, 3 de noviembre de 2007

Poesía llorona

Me da miedo perder la memoria, mucho miedo. Casi tanto como envejecer. Por eso, desde pequeña, me aprendía de memoria mis poemas favoritos y los repetía en mi mente cada vez que podía. Y, la verdad, me ha servido de mucho. Hasta para mejorar mis notas escolares: cuando cursaba quinto año de bachillerato recité de principio a fin el monólogo de Segismundo en La vida es sueño, de Calderón de la Barca, y me gané dos puntos extras en la materia. Fue fabuloso.
D.
Ahora lo hago cada vez menos. Y, como la mejor de las profecías autocumplidas, algunos versos simplemente ya no vienen a mi cabeza. Estoy perdiendo la memoria. Lentamente, pero la estoy perdiendo. Por eso esta historia es tan maravillosa.
D.
Estaba viendo la película Frida (en la que actúa Salma Hayek) y me encontré con unos versos de mi niñez. Se trata de una canción mexicana llamada La Llorona. Hay una escena en la que Frida está llorando sola en un bar y, de repente, aparece un hombrecillo que empieza a cantarle.
D.
Bueno, pues resulta que yo estoy viendo la escena y, sin saber cómo, empiezo a cantar la canción. Una cosa increíble. Y todo gracias a la poesía. Y a mi mamá. Porque fue mi mamá quien, en los albores de mis primeros años, me enseñó uno de los poemas más lindos del mundo, cuyos versos (no todos, algunos) pertencen también a La Llorona. Aquí les dejo la evidencia.
D.
Poema de mamá
D.
Quiero y no quiero querer
a quien no queriendo quiero.
Y he querido sin querer;
y estoy, sin querer, queriendo.
D.
Si porque te quiero,
quieres que te quiera mucho más.
Te quiero más que a mi vida.
¿Qué más quieres?
¿Quieres más?
D.
Coplas de La Llorona
D.
(...)
¡Ay! de mí, llorona,
llorona de azul celeste,
aunque la vida me cueste, llorona,
no dejaré de quererte.
D.
De tarde se me hace triste, llorona,
de noche con más razón
y llorando me amanece, llorona,
llorando se pone el sol.
D
En tu vida te enamores, llorona,
de mozo que no ha rondado,
que el que no ronda de mozo, llorona,
ronda después de casado.
D.
Si porque te quiero quieres, llorona,
quieres que te quiera más,
te quiero más que a mi vida, llorona,
¿qué más quieres?, ¿quieres más?
D.
No sé qué tienen las flores, llorona,
las flores del camposanto,
que cuando las mueve el viento, llorona,
parece que están llorando.
(...)
D.

2 comentarios:

HERMINIA dijo...

Yo me arrullé con "La llorona" entre otras canciones mi querida Deborah. Y si, la memoria nos traiciona a tus menos de 25, no te cuento a mis casi... creo... 50? Lo bueno que tiene la mala memoria es que cuando acude y tiene huecos, los podemos rellenar a nuestro gusto. Así, todas las remembranzas son hermosas, vívidas, bien decoradas, vaya (en Venezuela hay tiendas que "decoran recuerdos"), que aquí podemos.

También es cierto mi querida, que a veces la memoria nos sorprende. He vuelto a escuchar "La Traviata" después de casi 40 años y me sorprende lo fiel que es el recuerdo.
Me encanta como escribes. Un beso.

Unknown dijo...

Dios, hasta mi mami te dejó un comentario! Me encantó! te quiero!