"Sport has the power to change the world. It has the power to inspire. It has the power to unite people in a way that little else does. It speaks to youth in a language they understand. Sport can create hope where once there was only despair. It is more powerful than governments in breaking down racial barriers. It laughs in the face of all types of discrimination." –Nelson Mandela.
El 11 de junio comienza la Copa Mundial de la FIFA 2010 en Suráfrica. Es la primera vez que un país del continente negro es anfitrión del evento deportivo más importante del mundo. Se trata de un acontecimiento único en la historia del fútbol y, sobre todo, en la historia de Suráfrica.
Un país que hace apenas 15 años vivía bajo el régimen del apartheid –una política de segregación racial con leyes que diferenciaban a blancos de negros en detrimento de los negros– es hoy el organizador de un campeonato que integra a todas las razas.
El mismo país que Nelson Mandela unió bajo el lema "one team, one nation" en 1995, cuando era presidente y Suráfrica organizó la Copa Mundial de Rubgy y se proclamó campeona. Madiba era entonces no sólo el primer presidente negro de Suráfrica, sino también el primero en ser elegido democráticamente, luego de estar casi 30 años preso por luchar por la libertad y la igualdad de su pueblo.
En Suráfrica nació el hombre. A 50 kilómetros al noreste de Johannesburgo están las cuevas de Sterkfontein. Un lugar calificado por la Unesco como la Cuna de la Humanidad, pues allí se encontraron fósiles de los primeros homínidos.
Una humanidad que se degradó a sí misma sobre los vestigios de su propia aparición. Y una que decidió trabajar en equipo para construir. Con la ayuda de un líder y del deporte.
Un aplauso para Madiba, para el deporte y para la nación del arcoiris.