domingo, 10 de agosto de 2008

Anecdotario inservible I

d
Qué susto encontrarse con un gusano en una lechuga cuando no hay nadie en casa un sábado al mediodía. Produce pánico. El tiempo se detiene y todo se reduce a la presencia de ese cuerpo viscoso en tu futuro almuerzo. Da más miedo que una cucaracha voladora en la habitación. Lo juro. Creo saber por qué: porque estoy sola. Si grito algo así como "¡Asco!" nadie va a escucharme. Tampoco tiene sentido llamar a alguna de mis amigas, sería bien ridículo. Entonces, ¿qué hago con este maldito gusano baboso? Sólo tengo que agarrar una servilleta, envolver con ella su asqueroso cuerpo, separarlo de mi hoja de lechuga y botarlo a la basura. Lo sé. Pero me da miedo. Coño, quisiera que estuvieras aquí.

4 comentarios:

Ernesto Campo dijo...

Coño, deb, era un profeta vegetariano hambriento con noticias tesiles (o traía consejos para tu defensa, ya no podremos saberlo) ¡Y lo espachurraste!
P.D. ¿Te comiste esa lechuga?

Débora Ilovaca Leiro dijo...

¡Jajajajajajaja! Claro que me lo comí, pero antes lavé la lechuga con MUCHO vinagre blanco :)
La verdad no trajo consejos tesiles, sino más bien distracción... Tuve que dejar la tesis unos minutos para escribir esta entreda. Pero bueno, valió la pena.
Besos!

Nohemi Dicuru dijo...

agua con vinagre!

Unknown dijo...

puedes llamar hasta para decir que hay un zancudo en tu cuarto querida... pensé que ya sabías eso.